jueves, 11 de febrero de 2010

miércoles, 27 de enero de 2010

El mito de la caverna


Textos de Platón


El mito de la caverna (República, VII)

El libro VII de la República comienza con la exposición del conocido mito de la caverna, que utiliza Platón como explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al conocimiento, según la teoría explicada al final del libro VI.

El mito de la caverna

I - Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.

Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.

- Ya lo veo-dijo.

- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.

- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!

- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?

- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?

- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?

- ¿Qué otra cosa van a ver?

- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?

- Forzosamente.

- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?

- No, ¡por Zeus!- dijo.

- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.

- Es enteramente forzoso-dijo.

- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?

- Mucho más-dijo.

II. -Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría qué éstos, son realmente más claros que los que le muestra .?

- Así es -dijo.

- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?

- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.

- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.

- ¿Cómo no?

- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar.

- Necesariamente -dijo.

- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.

- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.

- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les compadecería a ellos?

- Efectivamente.

- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?

- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.

- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del sol?

- Ciertamente -dijo.

- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?.

- Claro que sí -dijo.

III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la. región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.

- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.

Según la versión de J.M. Pabón y M. Fernández Galiano, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1981 (3ª edición)

Información obtenida de webdianoia

Video El mito de la caverna


Representación animada del mito de la caverna de platón (de 8 minutos y 39 segundos de duración) publicada en You Tube por Bruno Gómez, alumno del IES Besaya de Torrelavega (Cantabria).



Otras webs de interés

  1. Filopolis
  2. Filotic
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  4. Webdianoia
  5. Boulesis
  6. Escuela de Atenas Contemporánea
  7. Apuntes Filosofía
  8. Wikillerato
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Introducción a la filosofía (Julián Marías)


Las tres formas primarias de falsedad para el niño son:
  • El ser de mentirijillas
  • La broma
  • La mentira
La primera forma se refiere a la realidad misma de las cosas.
Las otras dos formas de decepción afectan al trato con los hombres y, especialmente, al decir.

Por otro lado, son bien conocidos los sentidos primariamente adscritos a las palabras que significan verdad en las tres lenguas que han influido más enérgicamente en la formación de la mente, europea, es decir, en griego (alétheia), latín (veritas) y hebreo (emunah).
  • Alétheia significa lo que no está oculto o escondido, es decir, lo que está patente, descubierto. Viene a ser patencia o descubrimiento. Por el contrario, la falsedad, el pseudos es el encubrimiento.
  • Veritas significa exactitud, rigor. Verum es lo que es fiel y exacto. Veritas envuelve una referencia directa al decir narrativo, que en castellano es la palabra veracidad.
  • Emunah (de amen) encierra una referencia personal: el Dios verdadero es, ante todo, el que cumple lo que promete.
Estos tres sentidos son radicalmente distintos, pero estan presentes en la palabra española verdad.
Los tres sentidos de verdad implican una referencia al tiempo:
  • Alétheia afecta a lo que las cosas son en el presente (es el tiempo de la ciencia)
  • Veracidad o veritas tiene una referencia primaria a lo que fue, al tiempo pretérito; la narración concierne al acontecer pasado, es el modo de verdad de la historia.
  • Emunah apunta al futuro, la forma de saber que corresponde a este sentido de la verdad es la profecía.

Videos de Ockham

La verdad como autenticidad (Guillermo de Ockham)


Lo verdadero se opone a lo falso.

¿Qué es lo falso?

Es lo falsificado, lo que no es auténtico. Luego lo verdadero es también lo auténtico en oposición a lo falsificado.

¿Y qué significa que algo es verdadero como auténtico?

Por ejemplo: Dos alumnos hablan entre sí de un profesor y, después de ponderarlo mucho, uno de los dos con un levísimo suspiro señala: Él sí era un verdadero profesor (o auténtico) profesor, y no...

¿Qué llama la atención en este ejemplo?

  • Verdadero (o auténtico). Adjetivo que califica al sustantivo profesor.
  • Pero, ¿qué es ser profesor? Para que alguien lo sea debe cumplir una serie de rasgos por los que alguien o algo es lo que es, lo llamamos esencia.
  • La esencia es universal porque la comparten todos los individuos pertenecientes al mismo tipo de cosas. Todos los profes son profes (esencia) porque comparten los rasgos que los convierten en profes. Todos los profes son lo mismo.
  • Cuando alguien es un verdadero profesor, lo que sucede es que cumple esos rasgos, no de cualquier modo, sino, de un modo ejemplar, convirtiéndose así en un modelo.
  • La esencia es el ideal al que las cosas deben aspirar, aun a sabiendas de que no lo pueden cumplir.

A lo largo de la historia de la filosofía ha habido autores, como Platón, que han afirmado la existencia real de ideales que la realidad debe cumplir.

Otros como Guillermo de Ockham, que han negado lo siguiente:

  • Que existan esencias universales.
  • Que existan ideales diferentes de los individuos y a los que estos tengan que parecerse para determinar su grado de autenticidad.


Siglo XIV. Guillermo de Ockham

Siglo XIV

Es un siglo de crisis, pero no sólo en cuestión monetaria, política y social, sino también en cuestión institucional: La Iglesia indicaba las directrices sobre el estado.
Pero esta coordinación se rompe y los poderes de la Iglesia se separan.
El Estado entra en crisis porque el gran imperio se derrumba y surgen los estados nacionales.
La Iglesia también entra la crisis y surge el problema de los papas peleando entre Roma y Avignon. El tema capital es saber quién tiene la verdad, si los concilios o el Papa.
En esta época tenemos como máxima figura a
Guillermo de Ockham y su corriente filosófica: el Criticismo.
Antes de Ockham había habido un franciscano llamado Duns Scoto, también conocido por el
Doctor Sutil por la agudeza de su pensamiento, que comienza a atacar la escolástica (teoría aristotelicotomista que dominaba el pensamiento de todas las escuelas). Las peleas se centran en dos formas de entender el pensamiento religioso: los dominicos (con fuerza y poder) y los agustinianos (corriente a la que pertenecía Duns Scoto)
Puso las bases del criticismo de Ockham. Propone un gran sistema con dos afirmaciones:


CONOCIMIENTO DE LAS REALIDADES INDIVIDUALES


Sigue en casi todo a S. Agustín, pero no en el tema de la iluminación. Con respecto la abstracción, lo sigue, pero en algunas cosas no está de acuerdo:
-Los universales (por abstracción)
-Los particulares (por intuición inmediata confusa)
Para él, hay pluralidad de formas.


PRIMACIA DE LA VOLUNTAD


Es más importante la voluntad que el entendimiento: Creo para después entender. Esto lo tomarían los protestantes.
La esencia de la voluntad es la libertad: eres libre para querer o no querer una cosa. En cambio, en el conocimiento, no se puede decidir si una cosa se conoce o no.

Guillermo de Ockham

No está de acuerdo con casi nada de Sto. Tomás.
A los 19 años estudió en Oxford y se hace lector de las Sagradas Escrituras. Ockham lee la Biblia y Las Sentendias (de
Pedro Lombardo), que era el manual de entonces, y las critica. Uno de los libros que escribió fue Comentario a las Sentencias.
Por hacer esto, el Papa le llamó a Avignon. Trató de defenderse, pero como el proceso tardaba mucho, se fue de Avignon y le excomulgaron.
Se pone de parte de los franciscanos más radicales y espirituales (los fraticelli) en contra del Papa.
Se va al castillo de Luis de Baviera. Escribe contra el Papa de forma crítica “De el gobierno tiránico del papa”, pero cuando muere Luis de Baviera, pide perdón al Papa, lo pasa mal y a los dos años muerte en Munich.
OBRAS DE OCKHAM : Comentario a las Sentencias, Summa totius Logicae (compendio de lógica).


CRITICISMO EN OCKHAM


Es un crítico demoledor de todo el sistema escolástico anterior, sobre todo de Sto. Tomás (era dominico, y Ockham, agustino).
Él quiere que quede clara la razón, y que no se crea en la Fe ciegamente.
El contrapunto del criticismo en la filosofía lo ofrece la religión con la mística.


RAZÓN Y FÉ EN OCKHAM


Son dos fuentes distintas con contenidos distintos. La zona de intersección pertenece a la Fe, no a la razón. Por lo tanto, la razón está más limitada, pero así no se confunde la fe con la razón.

Respecto al alma, Duns Scoto decía que algunos atributos del alma no son demostrables por la razón (p.e: inmortalidad). Pero Ockham dice que la existencia del alma se demuestra por la Fe, pero razonando no se puede llegar a demostrar que existe.

Respecto a Dios, Duns Scoto decía que alñgunos atributos divinos no eran demostrables por la razón (p.e: la omnipotencia). Pero Ockham dice que con la razón no podemos decir que Dios existe.
Los argumentos que utiliza serán después utilizados por los empiristas (es el padre del empirismo del s. XVII). Lo que decía es: si me dices el origen de tu información, podré conocerlo; pero como no puedes percibir ni el alma ni a Dios por los sentidos, no puedes demostrar nada, no hay constatación empírica.


VOLUNTARISMO DIVINO EN OCKHAM


Ockham dice que los 10 Mandamientos no son Naturales, sino Convencionales, pero parten de una convención divina, donde prima la voluntad sobre el entendimiento: Dios ha puesto esas normas, pero podía haber puesto otras. Además, las normas morales no están en nuestra naturaleza, con lo que:
-las personas somos libres
-Dios es omnipotente.


NOMINALISMO: Tema de los universales


Sto.Tomás había creado el principio de individuación (sensación -fantasma - entendimiento (agente y paciente) - universal particular). El universal abarca a toda la clase de seres. Habrá que saber qué diferencia uno de otro: según el principio de individuación, la materia concreta. Esto es el llamado el Realismo moderado (el concepto sale de alguna realidad).
Sin embargo, el Realismo exagerado pertenece a Platón (cada concepto que pienso existe en la realidad (mundo de las ideas).
Ockham, sin embargo, dice que el principio de individuación es un pseudoproblema. No hay un concepto universal, una esencia común de la que todos participan: él dice que hay tantas esencias como seres existen.
El Fundamento en Sto. Tomás era las ideas en Mente Divina.
Para Ockham, no hay ideas en la mente divina, porque si no limitaría la libertad de Dios.
Sto. Tomás conoce el particular según el principio de individuación: sensación -fantasma - entendimiento (agente y paciente) - universal -particular.
Ockham conoce el particular directamente. Su conocimiento es intuitivo, directo, tiene validez porque el objeto está presente, puede afirmar la existencia de dicho objeto y puede relacionarlo con otros objetos.
Acerca de los universales, sabe que los tiene, que se han formado en uno mismo, pero no sabe de dónde le vienen.
Para explicar los conceptos universales surge el nominalismo. Roscelino, muy anterior a Ockham, crea el nominalismo exagerado: piensa que son simplemente palabras: flatus vocis.

Pero, para Ockham, los universales son signos lingüísticos, que suplanta, suponen, ocupan, el lugar de otra cosa. Los tipos de signos lingüísticos que hay son:
-
Convencionales (podemos cambiarlos a nuestro antojo):

- proferidos (hablados)
- escritos

- Naturales (no podemos cambiarlos)

- concebidos (pensados)


Los conceptos son signos lingüísticos concebidos.

Este texto lo he sacado de ``El profe de filo´´